Según cuenta la leyenda, un explorador argentino, decepcionado por la fealdad de su hijo, lo abandono en una selva de África, después de unos años, por casualidad, lo encontró y si bien no lo reconoció como propio, al menos le pago la cirugía para volver su cuello a la normalidad. Lo feo no se lo pudo arreglar. En la actualidad se desempeña como baterista de un grupo de rock, y recuerda en el tañir de los tambores, su infancia en las salvaje selva africana.
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